Wisdom preserved through craft.

Cada creación de Le Zuhé nace del encuentro entre diseño contemporáneo, tradición artesanal y propósito. Aquí encontrarás historias tejidas con manos sabias, fibras naturales y una profunda conexión con el territorio. 

Todas nuestras piezas están hechas a mano en Colombia, en procesos colaborativos que honran el oficio y transforman realidades.

Procesos con alma
The transformation of a living fiber

El arte del fique: una fibra con alma
El fique es mucho más que una planta: es una fibra viva que ha sostenido la vida rural en Colombia durante siglos.
Sus hilos recorren generaciones, cruzan geografías, resisten el olvido. En manos artesanas, se convierte en puente entre lo ancestral y lo actual.
Trabajar el fique es un acto de paciencia, de escucha, de diálogo con la tierra.
Es también un gesto de dignidad y belleza.
En Le Zuhé, tejemos con fique como quien escribe con memoria: hila

Cada paso, una historia. Cada fibra, un universo.
Este es un recorrido visual por el proceso artesanal del fique: desde su origen natural hasta su transformación en piezas cargadas de alma.
Más que técnica, es un ritual. Más que oficio, es herencia viva.

  1. Extracción de la fibra
    Todo comienza en el campo.
Se seleccionan cuidadosamente las hojas maduras de la planta de fique (Furcraea spp.), que se cortan con machete o cuchillo. Dentro de estas hojas viven las fibras que, como venas naturales, esperan ser liberadas.
Es un primer acto de respeto y precisión, donde se da inicio al camino que convertirá la planta en arte.
  2. Desfibrado
    Las hojas recolectadas se llevan al proceso de desfibrado, donde se extraen las fibras largas y resistentes que hay en su interior. Esto puede hacerse a mano —como dicta la tradición—, con herramientas semimecanizadas o mediante maquinaria especializada. Separar la fibra de la pulpa es una labor exigente y esencial: de su limpieza y calidad dependerá la nobleza del tejido final.
  3. Secado
    Ya libres, las fibras se lavan y se extienden al sol.
    Durante uno o varios días, el viento y el calor natural las transforman, las purifican.
    Este secado evita hongos, deterioro y fortalece la fibra para los siguientes pasos.
    Aunque existen métodos artificiales, en el oficio artesanal se prefiere el diálogo con el clima: dejar que la naturaleza complete su parte del trabajo.
  4. Trenzado / Tejido
    Una vez secas, las fibras se seleccionan y se trenzan o tejen con manos sabias.
    Esta etapa exige habilidad, paciencia y sensibilidad.
    Las trenzas o tejidos pueden ser simples o complejas, finas o gruesas, dependiendo del uso final.
    Aquí, cada nudo es memoria, cada vuelta es cultura viva.
  5. Elaboración del producto final
    Los tejidos se convierten en forma.
    A través de técnicas como el trenzado, el crochet, el macramé o la combinación con otros materiales —como cuero, barro o madera—, nacen piezas funcionales y simbólicas: bolsos, canastos, lámparas, individuales, tapetes...
    En cada creación se preserva un legado: el dejl fique como expresión estética, utilitaria y profundamente cultural.

Saberes que perduran

El alma de esta colección está tejida en fique, una fibra ancestral profundamente ligada a la tierra colombiana.
Originaria de los campos andinos, el fique se cultiva, se corta y se transforma con el ritmo lento y sabio del territorio. Cada hebra conserva la memoria del clima, del paisaje, del cuidado con que fue cultivada y procesada.
En De la Tierra al Alma, el fique no solo es materia prima: es símbolo.
Fue lavado, secado, teñido con tintes naturales y tejido a mano por artesanas de Jenesano, Boyacá, quienes lo trenzaron con paciencia y maestría.
Algunos diseños se complementan con detalles en cuero, trabajados por un maestro marroquinero que aporta estructura, contraste y precisión.
Aquí, cada fibra cuenta una historia de origen.
Y cada material fue elegido con respeto, propósito y sentido.

Territorios que tejen

La colección De la Tierra al Alma nace de un territorio donde el tejido no es solo oficio: es forma de vida.
Jenesano, un pueblo enclavado en las montañas de Boyacá, es el corazón de esta primera colección.
Allí, entre valles verdes, clima sereno y una cultura artesanal viva, se encuentran las manos que transformaron fibras en piezas con historia.
Cada diseño refleja la conexión íntima entre el paisaje, la comunidad y el alma creativa de sus habitantes.
Boyacá no sólo inspiró los colores, las texturas y las formas: es el origen emocional de esta colección.
Desde estas tierras tejidas de tradición, nace la primera voz de Le Zuhé.

Voces del tejido

Escuchar a quienes tejen es también una forma de honrar el tejido. Este video recoge las voces, miradas y pensamientos de las artesanas y el artesano que dieron vida a nuestra primera colección. Sus palabras no son solo testimonio: son raíz, emoción y orgullo.

Hablan del oficio que aprendieron de sus madres y abuelas.
Del amor por su tierra, por el fique, por la posibilidad de transformar una fibra en una obra.

Hablan de lo que sienten al ver sus piezas formar parte de Le Zuhé, de la importancia de ser reconocidas, de tejer no sólo objetos sino nuevas oportunidades. Este es un espacio para escucharlas.


Para dejarnos tocar por su sensibilidad, su fuerza y su verdad.